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Rosario para acostar al Niño Dios

Cada navidad era comandada por nuestras matriarcas Anita y Emmita.

Ellas nos guiaban el rosario para acostar al niño Dios.

Nos sentíamos muy bien con ellas y creíamos que iban a estar presentes en cada navidad.

Pero primero nos dejó Anita.

Y luego se fue Emmita.

Queríamos conservar el hermoso ritual de acostar al Niño Dios y buscamos en todos los cuadernos de nuestras abuelitas.

Finalmente encontramos el hermoso rosario para acostar al niño Dios que resaban de memoria en cada noche buena. 

Rosario para acostar al Niño Dios

Hemos digitalizado la versión completa del rosario para acostar al Niño Jesús para que puedas imprimirlo y leerlo en familia.

Puedes acceder al documento en la caja de comentarios.

Que el Niño Dios bendiga con amor, prosperidad y paz a toda tu familia y que tu hermoso corazón se llene de fortaleza y fe para que puedas irradiar todo tu camino con la poderosa luz del Espíritu Santo.

Oh Divino Niño Jesús, he venido a contemplarte, a través del Santísimo Sacramento.

He venido a alabarte Salvador mío y del mundo entero, estoy aquí de rodillas a tus pies.

Letanía del Niño Jesús recién nacido

Niño recién nacido

Te alabamos todos.

Niño Poderoso

Te alabamos todos.

Niño Amable

Te alabamos todos.

Niño Humilde

Te alabamos todos.

Niño Venerable

Te alabamos todos.

Niño Fiel

Te alabamos todos.

Niño Creador

Te alabamos todos.

Niño Salvador

Te alabamos todos.

Niño Consolador

Te alabamos todos.

Niño Laudable

Te alabamos todos.

Niño Glorificador

Te alabamos todos.

Niño Misericordioso

Te alabamos todos.

Niño Espiritual

Te alabamos todos.

Hijo de María

Te alabamos todos.

Modelo de Castidad

Te alabamos todos.

Luz de la Redención

Te alabamos todos.

Sol de la Verdad

Te alabamos todos.

Alivio del Pecador

Te alabamos todos.

Maná del Consuelo

Te alabamos todos.

Tesoro de la gracia

Te alabamos todos.

Estrella del Alba

Te alabamos todos.

Faro de consolación

Te alabamos todos.

Bálsamo de la Salud

Te alabamos todos.

Alegría de los Justos

Te alabamos todos.

Templo de la Pureza

Te alabamos todos.

Ejemplo de la Verdad

Te alabamos todos.

Padre de Israel

Te alabamos todos.

Príncipe de los Patriarcas

Te alabamos todos.

Luz de los Profetas

Te alabamos todos.

Maestro de los Apóstoles

Te alabamos todos.

Árbol de la Vida

Te alabamos todos.

Vertiente de Virtudes

Te alabamos todos.

Divino Emmanuel

Te alabamos todos.

Deseado del Mundo

Te alabamos todos.

Antorcha de Pureza

Te alabamos todos.

Modelo de Perfección

Te alabamos todos.

Inspiración Celestial

Te alabamos todos.

Patriarca de Justicia

Te alabamos todos.

Depósito de Bondad

Te alabamos todos.

Lucero de la Fe

Te alabamos todos.

Arca de Felicidad

Te alabamos todos.

Dios Humanado

Te alabamos todos.

Principio y Fin de todas las cosas.

Te alabamos todos.

Estoy aquí para adorarte, no he traido ni incienso, ni mirra, ni oro como lo hicieron los reyes magos, muy avergonzado, sin méritos me presento ante tí con mis manos repletas de culpas, pecados, omisiones y penas.

Hoy renuncio a mi egoísmo, mi desamor, mi falta de fe, mis mentiras y falsedades, mi amor desmedido por las cosas pasajeras de este mundo, mis enojos, rencores y mi ira, todo lo que no sea del Padre Eterno yo no las quiero y renuncio a ellos en tu Poderoso Nombre.

Niño Jesús amado. 

Oh Divino Niño, he venido a llenarme de tí para ser una nueva criatura, para que me llenes de tus tesoros de humildad y mansedumbre, cumpliendo los mandamientos y especialmente te pido la riqueza absoluta del amor y del perdón, la alegría y la paz que solo tú puedes dárme.

He aquí todos los niños con sonajas y tambores entonan sus villancicos con unos ruiseñores, ya viene amaneciendo.

Señor ten piedad de nosotros

Cristo ten piedad de nosotros

Señor ten piedad de nosotros

Cristo óyenos

Oh, Divino Niño Jesús, que llenando el cielo y tierra con tu gloria, quisiste caminar desconocido y esconder tu grandeza en un establo humilde, haz que mis sentidos y potencias (cuerpo y alma) te alaben y que viva agradecido a tu amor, con que te dignaste hacerte hombre para salvarme a mí, miserable e indigna criatura.

Aviva madre mía, en mí el amor hacia tu divino hijo para que hospede siempre en mi corazón a mi buen Jesús.

Amén.

Rosario para acostar al niño dios completo PDF

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Dios mío, ven en mi auxilio.

Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos.

Amén.

Primer Misterio Gozoso: La Encarnación del Hijo de Dios

«Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; el nombre de la virgen era María» (Lc 1,26-27).

Pausa 5 segundos

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. 

Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. 

Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. 

Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. 

Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. 

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Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. 

Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. 

Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. 

Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. 

Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. 

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos.

Segundo Misterio Gozoso: La Visitació de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel

«En aquellos días María se puso en camino y fue aprisa a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

Y sucedió que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando a voz en grito, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno»» (Lc 1, 39-42)

Pausa 5 segundos

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. 

Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. 

Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. 

Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. 

Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. 

Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. 

Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. 

Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. 

Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. 

Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. 

Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. 

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos.

Tercer Misterio Gozoso: El Nacimiento del Hijo de Dios en el portal de Belén

«Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo Cirino gobernador de Siria. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad.

Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento» (Lc 2,1-7).

Después de una breve pausa de reflexión, un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria.

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Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. 

Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. 

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Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. 

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos.

Cuarto Misterio Gozoso: La presentación de Jesús en el Templo

«Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, se le dio el nombre de Jesús, como lo había llamado el ángel antes de ser concebido en el seno. Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor» (Lc 2, 21-24).

Después de una breve pausa de reflexión, un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria.

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Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. 

Dios te Salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. 

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Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos.

Quinto Misterio Gozoso: El Niño Jesús perdido y hallado en el Templo

«Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres…

Y sucedió que al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas» (Lc 2, 41-47)

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Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. 

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Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos.